Melisa estaba a punto de meterse en la cama cuando un golpe en su puerta la hizo saltar.
—¿Quién demonios...? —Pero, cuando fue a verificar, era solo Javir, haciéndole señas para que saliera. A la luz de la luna, el cabello de color sol de su mentora parecía casi plateado.
—Carajo, debe ser importante si está haciendo todo el asunto de la 'reunión secreta a medianoche—pensó Melisa, poniéndose una bata.
—Cuervo, despierta. Nosotros... —De inmediato, había un cuchillo en el cuello de Melisa.
—Whoa —Melisa parpadeó, mirando hacia atrás a los iris grises.
Los ojos de Cuervo se encontraron con los suyos y, por un breve momento, se sintió como cuando ella intentó atacar a Melisa. Pero, la hostilidad se disolvió casi de inmediato.
—¿Qué pasa? —preguntó Cuervo, apartando su cuchillo.
—Javir está aquí —continuó Melisa como si nada hubiese pasado—. Vamos, quiere decirnos algo.