Pronto, el sol se estaba poniendo sobre el jardín, proyectando un cálido y dorado resplandor sobre todo. Era una escena pacífica, de esas que te hacen querer sentarte y olvidar todas las tonterías del mundo por un rato.
Lástima que no fuera una opción en ese momento.
Melisa se sentó en un banco junto a Zephyra, observando cómo Margarita perseguía a Hazel riéndose alrededor de los parterres de flores. Era una vista encantadora, pero Melisa no podía reunir completamente el habitual factor "aww". No después de lo que Zephyra acababa de contarle.
—Entonces, a ver si entiendo —dijo Melisa, frotándose las sienes—. La corte, en toda su infinita sabiduría, ha decidido poner en cuarentena a toda la población nim? ¿Es decir, literalmente a todos nosotros, sin excepciones, por esta supuesta 'plaga' que ha estado circulando?
Zephyra suspiró, reclinándose en el banco.