Athena y Vladimir disfrutaron su cena en el Restaurante Divine Dining. No terminaron todo, pero se aseguraron de llevar algo para Lanny.
—Athena, el Club V es un lugar muy ruidoso. ¿Prefieres ir a otro sitio? —Vladimir la consultó.
—Hmm. Estoy bien con eso. Pasemos por tu club. Tengo ganas de conocer el lugar. Pero no nos quedaremos mucho tiempo. ¿Quizás podemos tomar unas copas? —Athena sugirió.
—De acuerdo, hagamos eso —Vladimir respondió de mala gana. Simplemente no quería que Athena fuera expuesta ahí. Había muchos hombres en el Club V. Su belleza sin duda atraería la atención de los hombres.
—¡Yay! ¡Vamos! —exclamó Athena emocionadamente.
Vladimir solo pudo sonreír sin poder hacer nada. No podía negarse a ella. ¡Ella es la Jefa!
Veinte minutos después, Vladimir y Athena llegaron al Club V.