Por alguna razón desconocida, Dmitri se sintió amenazado por las palabras de Miguel. Podría haber una posibilidad de que cambiara de opinión sobre el matrimonio entre Lanny y él.
Tras recoger sus pensamientos, Dmitri esbozó una leve sonrisa.
—Señor Ivankov, con todo el respeto que se merece, señor, no estoy en posición de impedirle que elija lo que realmente desea. No me opongo a la idea de permitir que sus nietos conozcan a su padre biológico. Es su derecho conocerlo. —Dmitri expresó sus más sinceros pensamientos sobre este asunto.
—Y en cuanto a decidir si Lanny debería estar con él o conmigo, ¿por qué no le preguntamos a la propia Lanny? Ella es capaz de tomar su propia decisión sobre con quién quiere estar.
Miguel se sorprendió por un momento tras escuchar las últimas palabras de Dmitri. Después de recuperarse, su risa nítida burbujeaba en toda su sala de estudio.
Dmitri lo miró, perplejo. —¿He dicho algo gracioso? ¿Lo he ofendido?