—Athena se disculpó y se despidió de sus fans porque ya no podía cantar otra canción —puesto que un invitado importante había llegado, tuvo que terminar su transmisión en vivo—. ¿La razón de esto? No quería que Vladimir esperara fuera tanto tiempo.
Apagó la transmisión en vivo y se dirigió a recibir a Vladimir. Lo vio de pie junto a la puerta.
Una amplia sonrisa iluminó sus ojos cuando sus miradas se encontraron. Movió su mano y se acercó a él apresuradamente.
—¡V! —exclamó su nombre con emoción.
Vladimir le devolvió la sonrisa, entregándole un ramo de rosas rojas.
Athena inhaló con asombro, su corazón hinchándose de gratitud. Miró a los ojos a Vladimir y le dio las gracias.
—Gracias por las flores. ¡Las amo! —Athena abrazó y olió el ramo, una felicidad genuina y calidez podían verse en sus ojos.
—Ahora estoy celoso. Debería haberme ofrecido a ti primero, en lugar de esto —dijo Vladimir en broma a medias.