[ En el ático de Melissa… ]
Melissa cortaba el agua cristalina de la piscina de su ático. Hoy estaba de día libre y no aceptaba ninguna consulta.
Alcanzó el borde de la piscina y se dio la vuelta, lista para otra vuelta cuando escuchó abrir la puerta del ático.
Alzó la vista para ver a Sasha parada indecisa al lado de la piscina, su expresión una mezcla de frustración y desesperación.
Después del trabajo, Sasha pasó por casa de Melissa. Necesitaba hablar con una amiga. Y solo la Doctora Melissa estaba disponible para escuchar todas sus quejas.
Melissa redujo su ritmo y finalmente se detuvo, saliendo del agua. Gotas caían por su cuerpo tonificado mientras subía los escalones fuera de la piscina, agarrando una toalla de una tumbona cercana.
—Sasha, ¿qué pasa? —preguntó Melissa, envolviéndose en la toalla y acercándose a su amiga.
La preocupación en su voz era genuina, observando la mirada turbada de Sasha.