[ En la Clínica de Melissa… ]
Sasha visitó emocionada a su amiga doctora, Melissa. Quería agradecerle personalmente por el regalo travieso que envió a Dominique en su nombre.
—¡Mel! —llamó a su amiga con su voz alegre, entrando en la clínica.
—¡Oh, Sasha, qué grata sorpresa! ¿Qué te trae por aquí? —Melissa la recibió con un abrazo y un beso amistoso.
—Hmm. Solo quiero verte.
Melissa la miró con suspicacia. —Ajá. ¿Por qué siento que algo grande ocurrió? ¡Cuéntame todo! —La arrastró hacia el sofá.
Las dos damas se acomodaron en el sofá.
—Mel, recibí tus regalos. —Sasha se rió entre dientes. —Gracias por tus regalos traviesos. Espero que Dominique y yo podamos usarlos uno de estos días.
Melissa frunció el ceño, confundida. —¿Eh? ¿Qué regalos? No sé de qué estás hablando.
Sasha le pellizcó la cintura y respondió, —Vamos, Mel. No hay necesidad de fingir. Sé que tú eres la única que pensaría en regalarnos esas cosas.
—¿Eh? ¿Qué cosas? —Melissa seguía confundida y sin pistas.