Enzo no podía creer lo que acababa de escuchar de Dominique. Aunque no tenía recuerdos de su padre, se negaba a creer que su padre fuera capaz de matar a alguien.
—Dominique, ¿estás seguro de que fue mi padre? ¿Tienes pruebas? —pero, ¿por qué? Creo que mi padre jamás haría eso.
—Decidí sincerarme, Enzo. Por eso te estoy contando esto. Tienes motivos para odiarme. Y estoy aquí para revelarte la razón por la que traicioné a tu hermana y a tu familia.
Enzo se quedó en silencio. Necesitaba escucharlo todo.
—No planeaba que las cosas salieran de esta manera —comenzó Dominique, su voz cargada de pesar—. Cuando me involucré con tu familia, fue únicamente por mi venganza. Así de simple.
—Para entrar en tu familia... elegí a Sabrina como objetivo. Me acerqué a ella... actuando como un héroe para poder entrar en su vida. Mi meta es adquirir la riqueza de tu familia y hacer sufrir a tu padre... Pero entonces... las cosas se complicaron.