—Haaaaaaah —Xuan Yang estaba sobre Xu Feng, sosteniendo su pierna derecha abierta, para poder penetrar más profundamente en su entrada. La otra mano del joven maestro le agarraba la cintura, juntando sus cuerpos tanto como físicamente podían.
La sensación de tener completamente adentro al otro hombre hizo que los ojos de Xu Feng temblaran. Después de unos momentos de pausa para permitir que su cuerpo se acostumbrara a la plenitud, Xuan Yang se movía.
Xu Feng movió su mano hacia su propio abdomen como si estuviera hechizado. Seis semanas era mucho tiempo, y se sentía como si tuviera una experiencia fuera de su cuerpo siendo atravesado por el gigante que llenaba su interior.
Justo por debajo de su ombligo, podía sentir el calor del bulto en su estómago, latiendo contra sus dedos. Al presionar, su interior temblaba.