Xu Feng sintió el peso de los momentos pasados presionando sobre su pecho, como si los sueños y aspiraciones de un chico llamado Xu Zeng buscaran refugio dentro de él. Las historias de Dragones y Fénix danzaban en su mente, sus figuras majestuosas elevándose desde el estruendo del caos y renaciendo de las cenizas del destino.
Estos relatos eran más que simples folclores; eran un salvavidas para Xu Zeng, un faro que iluminaba el camino más allá de los confines de la Aldea Sol.
En el silencio de esas historias, Xu Zeng encontraba una conexión con un mundo más allá de sus propias luchas. Las palabras de su padre se convertían en un santuario en la dura realidad del rechazo y la explotación.
Pero los sueños, como frágiles esculturas de cristal, podrían quebrarse con un solo paso en falso. El recuerdo de la muerte prematura de Xu Zeng tiraba del corazón de Xu Feng, un potencial incumplido.
—Suspiro...