Xu Feng se sentía completamente en casa en este invernadero antiguo, aunque actualmente le faltara vegetación. El espacio tenía un encanto y belleza innegables, a pesar de su funcionalidad algo cuestionable.
Construido con madera robusta y situado mayormente bajo tierra, solo la parte superior era visible sobre el suelo, hecha de papel de ventana antiguo, actuando como un sustituto rústico del vidrio moderno para invernaderos.
Mientras se encontraba de pie en el espacio escasamente iluminado, el potencial y las posibilidades parecían extenderse frente a él. Las preocupaciones e incertidumbres que habían nublado su mente durante las pasadas semanas se desvanecían en la oscuridad, como si los eventos recientes no fueran más que recuerdos lejanos.
La linterna a los pies de Xu Feng proporcionaba la única fuente de luz en el invernadero. Examinó meticulosamente cada parcela, ubicadas en cada rincón del espacio, con una parcela central más pequeña en el corazón de la estructura.