El abrazo de Xuan Jian le proporcionaba a Xu Feng una sensación de seguridad y calidez que desesperadamente necesitaba en ese momento. Las suaves caricias de los dedos de Xuan Jian contra su rostro eran reconfortantes, y Xu Feng no podía evitar sentir un profundo amor y satisfacción. El futuro albergaba tantas posibilidades, y estaba agradecido por los dos hombres increíbles que habían entrado en su vida.
La atmósfera en el carruaje se mantenía cálida y amorosa, con Xu Feng descansando en el abrazo de Xuan Jian y Xuan Yang asegurándose de que tuvieran todo lo necesario para su viaje de regreso a casa.
Las posibilidades para su futuro juntos eran infinitas, y estaban listos para enfrentar cualquier desafío y aventura que les esperara como una familia unida.