—¡Qué deslumbrante! —Los sargentos a su alrededor no pudieron evitar cerrar los ojos.
Tenían que hacerlo. El movimiento de espada que usó Jian Wushuang era demasiado brillante y deslumbrante, causándoles una sensación de ardor en los ojos.
—Este golpe de espada... —Fang Han, que había menospreciado este ataque, de repente se puso nervioso al ver la espada de Jian Wushuang barriendo hacia él. Un ligero sentido de crisis surgió en su corazón.
Ya no se atrevía a ser descuidado.
Apretó su Hacha Gigante y la sostuvo en alto mientras simultáneamente estallaba con llamas ardientes. Al rugir Fang Han, atacó como si intentara partir el mundo por la mitad.
El Hacha Gigante cortó el aire con un gran poder que asombró a todos en la zona.
La silente pero extremadamente brillante sombra de espada de Jian Wushuang también avanzaba hacia ella.
—¡Bang!