—Galleta para ti —Natalie sonrió torpemente y abrazó a su amiga con fuerza.
Mientras tanto, Justin caminaba hacia Alberto, bloqueando su vista de las dos mujeres.
Justo en sintonía con la acción de Justin, Natalie susurró a Mia:
—Di otra palabra y te estrangularé —y soltó a su amiga de su agarre, quien tenía la boca llena, sus sentidos conmocionados.
—Vaya sorpresa tan genial, Mia. Cómo te extrañaba —Natalie le ofreció su sonrisa más dulce, pero Mia podía ver que era falsa.
¡Cof! ¡Cof!
Mia finalmente no pudo soportarlo y tosió una galleta. Natalie le sostuvo la mano y la arrastró hacia la cocina:
—Te conseguiré agua.
Para entonces Justin ya había tomado asiento junto a Alberto, sintiéndose aliviado de que la amiga de Natalie no hubiera revelado el secreto. Había visto a Mia con Natalie durante la fiesta de máscaras y podía ver que estaban tan unidas como dos guisantes en una vaina.
Alberto rió al ver a las dos yendo hacia la cocina: