—¿Esposa?
Todos en la sala se quedaron helados, sorprendidos por cómo el hombre se había referido a Natalie.
Su presencia dominante, el aura intimidante que exudaba, junto con su apariencia alta y guapa con esas facciones diabólicamente marcadas, los dejó sin palabras y mirándolo fijamente.
El corazón de Alberto se hinchó de alegría al ver a Justin proteger a Natalie como un verdadero esposo debería hacerlo. Su actitud protectora e inquebrantable hizo que Alberto se diera cuenta de lo mucho que le importaba ella.
Natalie también miró a Justin sorprendida, con incredulidad escrita en su rostro.
—¿Esposa? Él la había llamado su esposa. Pero más que eso, estaba abrumada por el hecho de que, por primera vez, alguien se había puesto a su lado, protegiéndola de un daño.
Justin soltó la mano de Jay con una advertencia, su voz fría y firme. —Esta será la última vez que hagas algo así.