Después de terminar su trabajo, Natalie fue a visitar a Alberto en el hospital.
—Te ves cansada —comentó Alberto, observándola desde su cama.
Natalie murmuró en respuesta y colocó las flores frescas que había traído en el florero junto a la ventana.
—Vi las noticias y todo lo que está sucediendo —dijo Alberto, sacando a relucir el asunto al percibir que era la razón del comportamiento callado de Natalie.
Ella se detuvo, sin girarse para enfrentarlo mientras ajustaba las flores. —Abuelo, esta vez mis decisiones y acciones podrían herir a la familia Ford.
—Lo sé. Pero no te culparé —respondió Alberto con calma.
Natalie se giró para mirarlo. —¿No te molestará si la abuela se lastima cuando la verdad salga a la luz?