—Esta es la vida personal de mi hermana y su propia decisión. Los demás no tienen derecho a juzgarla ni comentar sobre ello. Sugiero que evitemos discutirlo más. Como esposos, deben amarse profundamente para que mi hermana pase por alto cualquier diferencia de estatus social.
—¿Pero no es una pérdida para ella traicionar a un hombre como Ivan Brown por un gigoló? —insistió un reportero.
—La pérdida de uno es la ganancia de otro. Si ella no valoraba a Ivan, entonces soy afortunada de tenerlo como mi compañero. Espero con ilusión nuestra unión. Él es verdaderamente un gran hombre —Briena soltó una risita.
—Eso es muy dulce de tu parte, señorita Briena. No es de extrañar que el señor Ivan te haya elegido; él sabe que no eres nada como tu hermana.
—Briena simplemente sonrió.