En la oficina de Sephina, todos observaban a Natalie hablar con los periodistas.
—Abuela, ¿por qué está tan tranquila? —preguntó Briena.
—Es buena fingiendo, igual que su madre —respondió Sephina—. No dejarán que nadie las vea entrar en pánico o asustadas.
—¿Acaba de decir que Briena no se atreve a participar en la competencia de perfumes después de haber dicho que no estaba interesada en competir? —preguntó Clara.
—Al retar a Briena, solo se ha metido en problemas —añadió Sephina—. Tal como planeamos, se verá obligada a participar. Cuando los periodistas vengan a Briena, todo lo que ella tiene que hacer es desafiar de nuevo a Natalie. Todo quedará arreglado con otra de nuestras cartas ganadoras.
El rostro de Briena mostró un atisbo de preocupación. —Pero abuela, no he creado ningún perfume en años. Estoy completamente desconectada. ¿Cómo se supone que...?
—Concéntrate solo en participar. El resto será organizado para ti. No te preocupes —Sephina la tranquilizó.