Justin ajustó la manta sobre Julia y salió de la habitación con Natalie, cerrando la puerta suavemente detrás de él.
—¿Estás bien? —le preguntó.
—Hmm —ella asintió, pero él ya le estaba sosteniendo la mano, inspeccionando los pequeños cortes en el dorso de su palma— probablemente causados cuando rompieron el vidrio del coche—. No parece así para mí.
—No es nada —Natalie intentó retirar su mano, pero Justin la sostuvo firmemente, su mirada se volvió seria. Ella permaneció en silencio mientras él la guiaba hacia la habitación principal. La hizo sentarse en la cama, luego fue al tocador y sacó un botiquín de primeros auxilios.
—¿Cómo acabó esto aquí...
—Lo traje, sabiendo que tienes la tendencia de lastimarte todo el tiempo —respondió él, sentándose en la cama a su lado.