Faye soltó un suspiro resignado mientras reflexionaba sobre cuánto Lena y la situación actual se parecían a su hermanastra Alice y sus experiencias en Wintershold. Se sentía como si hubiera sido sumergida de nuevo en un nido de serpientes.
La cabeza de Faye, una vez nublada por el sueño, ahora estaba más clara. Se dio cuenta de que estaba en la alcoba de Sterling en la fortaleza de Everton. Sin embargo, sus recuerdos aún estaban oscurecidos sobre lo que le había pasado después de haberse dormido anoche.
Sus manos vendadas le alertaron de inmediato que algo estaba mal. Ansiaba la presencia de Sterling para poder preguntarle qué había ocurrido.
—Disculpe, su Gracia —interrumpió Mielle los pensamientos erráticos de Faye.