Escuchar la revelación hizo que el corazón de Faye se sintiera pesado en su pecho. Sus manos temblaban mientras agarraban sus faldas. Tenía dificultad para tragar por el nudo que se había formado en su garganta mientras intentaba procesar la nueva información.
Siempre había considerado a su familia como gente decente y honorable. Era difícil conciliar la imagen que tenía de sus padres con la realidad que el Fraile Tillis había presentado.
Ahora Faye entendía por qué Sterling estaba tan enojado esta mañana al ver el collar y su contenido. Esta era la razón por la que había derramado su odio sobre ella.
La tristeza que sentía se intensificaba por la culpa que poseía por no haber visto la verdad antes. Faye respiró hondo, tratando de calmarse, pero el peso de las emociones era casi demasiado para soportar.
Miró al anciano. Su expresión era inquisitiva.
—Fraile Tillis, ¿aún tengo algunas cosas que necesitan ser aclaradas? —dijo Faye.