Nota del autor: El contenido de este capítulo tiene material que podría ser perturbador para algunos lectores: abuso físico/mental y violación sin consentimiento. Han sido advertidos.
Aaron cerró rápidamente la puerta y la aseguró. Se giró y miró a Lena con furia, regañándola ferozmente. Aaron la agarró firmemente del hombro y clavó cruelmente sus dedos en su carne hasta que ella siseó de dolor.
—¿Por qué tardaste tanto en responder! —le reprendió bruscamente. Sus ojos escanearon cada rincón de su habitación, asegurándose de que nadie más estuviera presente para presenciar su conversación.
Se quitó la capucha. Sus ojos azul glaciar clavaron a Lena en su lugar. —¿Conseguiste el objeto que te pedí? —preguntó con una mueca.
—Yo—yo… —ella buscó frenéticamente en sus bolsillos y sacó un pequeño frasco marrón con un corcho como tapa—. Aquí; ¿es esto lo que querías?