Los copos de nieve caían suavemente del cielo gris, cubriendo las tierras que rodeaban la fortaleza de Everton. El invierno había llegado prematuramente, sorprendiendo a todos. Sin embargo, Sterling no podía evitar ver un lado positivo en este giro inesperado del destino. La delicada nevada creaba una escena pintoresca, una vista que calentaba su corazón.
La brisa predominante era crujiente, llevando consigo el tenue aroma del invierno y la anticipación. Sterling podía sentir el frío contra su piel, incluso dentro de la protección del carruaje, lo que lo llevó a quitarse su capa y envolver a Faye en su lujoso forro de piel. Él podía ver cómo temblaba su cuerpo.
El Duque sabía que este invierno temprano significaba que la cosecha de trigo estaría lista antes de lo esperado. Una pequeña bendición en medio del frío caos de los últimos días. Era una buena noticia.