—No... por favor, no... No hagas esto... —La voz de Ella temblaba de miedo, las lágrimas le corrían por el rostro.
—Ella... Eres tan cruel... —La voz ronca de Eric susurró en su oído, causando que el cuerpo de Ella temblara y eventualmente se derritiera en un charco de vulnerabilidad.
—No te tocaré... pero quiero besarte... ¿Está bien? —La voz de Eric estaba llena de dolor. Ella gimió incómoda, sintiéndose culpable por Eric pero aún sin poder abrirle completamente su corazón para aceptarlo.
El fuego del deseo de Eric la envolvió.
Ella se sentía caliente, su visión se volvía gradualmente borrosa. No había notado cuando su ropa se deslizó, ahora esparcida por el asiento del coche.
Sus cuerpos se presionaban uno contra el otro, intercambiando alientos ardientes.
—¡Ayúdame! —Ella tembló, viendo el intenso sufrimiento de Eric. Al final, se resignó a su destino.