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En las profundidades de la Zona del Desastre, la energía espiritual era tan densa que era inimaginable.
Amalia absorbió la abundante energía espiritual durante varios días, logrando avanzar en su cultivo una vez más.
Al abrir los ojos, Javier Hermandez y Lucía Lopes ya habían despertado de su cultivo.
Los dos estaban de pie a su alrededor, observándola intensamente desde hace quién sabe cuánto tiempo.
—¡Amalia, finalmente despertaste!
La cara de Javier Hermandez estaba llena de emoción, aunque él mismo no estaba seguro de por qué se sentía emocionado.
Amalia los miró confundida:
—¿Qué está pasando?
Javier Hermandez se sorprendió al darse cuenta de que Amalia parecía no saber nada.
—Hemos estado cultivando durante cinco días y, durante estos cinco días, tu absorción de energía espiritual ha sido notablemente rápida —el tono de Lucía Lopes era muy diplomático.