—¿Por qué crees que estoy siendo descortés? Solo estoy haciendo una pregunta normal —preguntó Su Zhilan.
Tan Liqin no pudo responder a la pregunta.
Hubo un alboroto en la entrada. Todos miraron hacia allá. Llegó otra noble consorte. Era la Noble Consort Guifei. Su rostro era bastante parecido al de la Noble Consort Furen.
—Saludos para la Noble Consort Guifei.
La situación era la misma que antes. Todos estaban arrodillados excepto Bai Xifeng.
La Noble Consort Guifei se dio cuenta de alguien que no se arrodillaba. Rápidamente señaló a Bai Xifeng.
—¿Por qué no te arrodillas? Que alguien la arrastre fuera —gritó la Noble Consort Guifei.
—Hermana... No puedes hacer eso —intervino la Noble Consort Furen.
—¿Eh? ¿Por qué no? Ella me faltó el respeto. ¿Por qué no puedo castigarla? —preguntó la Noble Consort Guifei.
—Ella recibió un decreto real que indica que no necesita arrodillarse ante ningún miembro de la familia real —declaró la Noble Consort Furen.