Xiao Li también sabía lo que le había pasado a su señorita joven. Su señorita joven había sido rechazada por el príncipe heredero.
Quería consolar a su señorita joven lo antes posible. Su señorita joven debía estar triste después de oír la noticia. Vio a su señorita joven entrar en el patio.
—Señorita joven... —Xiao Li llamó a su señorita joven.
—Xiao Li, dame algo de agua. Tengo sed. —Bai Xifeng.
Xiao Li rápidamente tomó algo de agua y se la dio a Bai Xifeng. Bai Xifeng la tomó y la bebió.
—Hmmm... estoy viva. —Bai Xifeng sonrió.
—Señorita joven, usted... —Xiao Li dudaba en hablar.
—¿Qué? —Bai Xifeng notó que Xiao Li quería decir algo.
—Puedes llorar si quieres. —dijo Xiao Li.
—¿Eh? ¿Llorar? ¿Por qué? —Bai Xifeng estaba confundida.
—Escuché lo que pasó. Señorita joven, sé cuánto ama a Su Alteza, el príncipe heredero. —suspiró Xiao Li.
Su señorita joven realmente era una buena mujer. Su señorita joven la trataba muy bien y nunca la golpeaba.