—Farmacéutico Leng, por favor váyase —Lei Aiguo todavía le hablaba educadamente al Farmacéutico Leng.
—Bien, quiero ver qué farmacéutico te dice una mentira así —el Farmacéutico Leng exigió.
—Farmacéutico Leng, mi madre está en tratamiento. No puede perturbarla —Lei Aiguo declaró.
—Lei Aiguo, ¿realmente puedes confiar la vida de tu madre a alguien así? Pensé que eras mejor persona. Parece que solo quieres dejar que tu madre se vaya —dijo el Farmacéutico Leng.
—No digas algo así después de mentirme sobre que mi madre necesita la Hierba Flor de Linglian para sanar. Solo quieres esa Hierba Flor de Linglian para ti, pero no te atreviste a ir y conseguirla tú mismo. ¿No es así? —Lei Aiguo ya no quería ser educado con el Farmacéutico Leng.
El Farmacéutico Leng se quedó impactado cuando Lei Aiguo soltó la bomba. Algunas personas todavía merodeaban alrededor y escucharon esa declaración. Murmuraban entre ellos sobre el asunto.