—Llama a Yunru —ordenó la anciana señora Bai.
—Sí, anciana señora —asintió la vieja doncella Dong.
Ella salió de donde la anciana señora Bai para ir fuera del cuarto. Llamó a otro sirviente y transmitió la orden de la anciana señora Bai.
Después de eso, regresó al lado de la anciana señora Bai otra vez. Cuando entró, ya vio que la anciana señora Bai había sacado las piezas de joyería que pertenecían a Ji Suyin.
Esas piezas de joyería eran las favoritas de la anciana señora Bai. Han Yunru una vez le preguntó a la anciana señora Bai si quería tomar prestadas las piezas de joyería para ir a un banquete que se celebraba en casa de su amiga.
Sin embargo, la anciana señora Bai la rechazó rotundamente. Así de mucho le gustaban esas piezas de joyería. Le dijo a Han Yunru que esas piezas de joyería eran dotes para sus nietas. Era muy irónico usar la dote de otras personas como su propia dote.