—Bai Guowei, tu hijo intentó golpear a mi hija —Bai Xiang no intentó ocultarlo. Le contó directamente a Bai Guowei sobre el asunto.
—¿Qué? ¿Cómo es posible? —Bai Guowei quería negar el asunto.
—A juzgar por su acción, parece que no es la primera vez que golpea a mi hija. Realmente sabes cómo educar a tu hijo —Bai Xiang entrecerró los ojos.
—Aunque no tienes que ser tan cruel con un niño, ¿verdad? —dijo Bai Guowei.
—Mi señor, nuestro hijo... —Han Yunru abrazó a Bai Shaoqing.
—¿Puede alguien llamar a los farmacéuticos? —preguntó Bai Guowei a su alrededor.
El eunuco se apresuró a llamar a un farmacéutico. Poco después, un farmacéutico vino y revisó el estado de Bai Shaoqing.
El farmacéutico concluyó que no había nada serio en Bai Shaoqing. Solo necesitaba descansar.
Han Yunru estaba furiosa. Su hijo estaba obviamente tosiendo sangre. ¿Cómo podría no ser grave?