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—¿Estás bien? —preguntó Bai Tingfeng.
Lo revisó a Bai Xifeng de arriba abajo.
—Estoy bien. ¿Y tú? Escuché a alguien gritar antes. Parece que fue en tu habitación —preguntó Bai Xifeng a cambio.
—Alguien se coló también en mi habitación —mostró Bai Tingfeng una expresión de disgusto.
Luego miró a la mujer que se quedó quieta y no dijo nada desde antes. Reconoció a la mujer. Era la criada de Xie Lanying. Tenía muchas preguntas que hacerle a Bai Xifeng.
—No me preguntes. No sé qué quiere hacer viniendo a mi habitación en medio de la noche —Bai Xifeng negó con la cabeza.
Aunque Bai Xifeng llevaba ropa de hombre, estaba segura de que no era lesbiana.
—Vamos a buscar a alguien que ayude —dijo Bai Tingfeng.
—Vamos al patio de al lado. Tiene que haber alguien ahí —dijo Bai Xifeng—. ¿Qué hacemos con estas mujeres?
—Déjalas como están ahora —Bai Tingfeng no tenía ninguna simpatía por ellas.