Llegaron a la tienda donde trabajaban Xiao Li y Hu Meifeng. Xiao Li y Hu Meifeng estaban ayudando a los clientes cuando llegaron allí.
Hu Meifeng fue quien los notó. Se sorprendió de ver a Bai Xifeng con ellos.
Después de que los clientes salieron de la tienda, se acercaron a Xiao Li y Hu Meifeng.
—Joven Mi... Maestro —Xiao Li logró cambiar la palabra—. ¿Qué está haciendo usted aquí?
—Vine a veros. Hmm... Estáis llevando bien —Bai Xifeng sonrió—. Les entregó el tanghulu que había guardado para ellos—. Aquí, esto es para vosotros dos.
Ambos recibieron el tanghulu. Sin embargo, antes de que pudieran comerlo, escucharon una voz enojada llamando a Hu Meifeng.
—Hu Meifeng, ¿por qué estás holgazaneando? —Era una mujer de edad similar a la de Hu Meifeng la que se acercó y le gritó a Hu Meifeng.
—¿Y ahora estás comiendo? —La mujer miró el tanghulu que sostenía Hu Meifeng—. ¿Cuántos años tienes para comer algo así?
—Cao Jinghua, eso no te incumbe —Hu Meifeng frunció el ceño.