—Ahh... Cama... Qué agradable es —Bai Xifeng se frotó la cara en la cama.
Bai Xifeng comenzó a soñar despierta hasta que alguien tocó a su puerta.
—¡Tsk! —Bai Xifeng chasqueó la lengua mientras abría la puerta.
Xiao Li y Yu Xiaoqing estaban frente a su puerta.
—Maestra... Queremos pasear. ¿Te gustaría acompañarnos? —preguntó Xiao Li.
—Hmm... Creo que paso —dijo Bai Xifeng—. Ella quería dormir. Luego recordó algo y se volvió hacia las chicas—. ¿Solo ustedes dos?
Bai Xifeng estaba preocupada por la seguridad de las chicas. No era prudente que solo ambas salieran.
—Oh... no... Nianzu vendrá con nosotras. La Hermana Xiaohui y la Hermana Meifeng no querían seguirnos —declaró Yu Xiaoqing.
—Oh... ya veo. Entonces, deben tener cuidado. No se separen de Nianzu —Bai Xifeng recordó a las chicas.
Se sintió aliviada cuando escuchó que Yu Nianzu iba con ellas. Al menos tenían a un hombre para protegerlas.