```
Después del desayuno, Bai Xifeng fue al patio de Ren Liqiu. Ren Liqiu ya lucía mejor. Ya no estaba pálida.
Ren Liqiu saludó a Bai Xifeng con una sonrisa. —Joven Maestro Long.
—¿Cómo te sientes hoy? —Bai Xifeng.
—Hmm... Me siento genial —dijo Ren Liqiu.
Si no fuera por la herida en sus pies, quizás ya se habría levantado de la cama y caminado alrededor.
—Genial —Bai Xifeng—. Revisaré la herida de tus pies.
Bai Xifeng se sentó en el borde de la cama y revisó los pies de Ren Liqiu. Ella abrió la venda. La herida estaba sanando bien. Comenzó a retirar los puntos de la herida.
—Necesitas esperar alrededor de una semana hasta que la herida esté completamente sanada. Después, podrás caminar tanto como desees —Bai Xifeng.
—Gracias, Joven Maestro Long —dijo Ren Liqiu.
—Hmm... —Bai Xifeng miró alrededor.
—¿Qué estás buscando, Joven Maestro Long? —Ren Liqiu parecía darse cuenta de que Bai Xifeng buscaba algo.
—Hmm... ¿Dónde está tu esposo? —Bai Xifeng.