—Querido esposo... —llamó Ren Liqiu a su esposo.
—Hmm... ¿Qué sucede? —preguntó Shen Shoushan.
—¿Puedo conocer a mi benefactora? Quiero agradecerle por curarme —dijo Ren Liqiu.
—Por supuesto, te permitiré conocerla más tarde —dijo Shen Shoushan.
—Oh, quiero tomar un baño. Apuesto a que huelo mal —intentó oler su cuerpo Ren Liqiu.
Shen Shoushan soltó una pequeña risa —No hueles mal. Siempre te limpio el cuerpo por la noche.
Ren Liqiu se sintió avergonzada al escuchar eso. Aunque estaban casados, todavía se sentía tímida al saber que su esposo le limpiaba el cuerpo.
—¿Por qué no pides a una sirvienta que lo haga? —preguntó Ren Liqiu.
—¿Por qué? Yo puedo hacerlo —actuó como si no supiera por qué Ren Liqiu hacía la pregunta Shen Shoushan.
Ren Liqiu golpeó suavemente el pecho de Shen Shoushan. Al golpearlo, su estómago hizo un sonido. El rostro de Ren Liqiu se puso rojo.