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—Ya está hecho —dijo Bai Xifeng.
—¿Estoy curado? —El hombre de mediana edad no podía creerlo.
—Hmm... Ya no estás envenenado —asintió Bai Xifeng.
—¿Y estas heridas? —El hombre de mediana edad señaló sus heridas.
—Son solo rasguños normales. Se van a sanar en unos días —dijo Bai Xifeng.
—Si son rasguños normales, ¿por qué no se han curado? —preguntó el hombre de mediana edad dudando de las palabras de Bai Xifeng.
—¿Olvidaste que habías sido envenenado por el animal? —le recordó Bai Xifeng al hombre de mediana edad.
—Oh... Se me olvidó eso —asintió el hombre de mediana edad varias veces—. Erkk... Su Excelencia, ¿puedo tener su pomada?
—Bai Xifeng sostenía la pomada y preguntó:
—¿Te refieres a esta?
—Sí —respondió el hombre de mediana edad.
—Es muy cara —afirmó Bai Xifeng.
—Su Excelencia, no necesita preocuparse por el precio. Soy rico —dijo el hombre de mediana edad.
Estaba orgulloso de su riqueza.
—100K cada una —indicó Bai Xifeng el precio.