—Song Yixu sonrió como una rosa en flor al ver las jarra tras jarra de vino siendo llevadas al interior de su restaurante —Dong Dong, ¿por qué no hacemos esto? Puesto que los dos podríamos considerarnos conocidos, ¿por qué no firmas el contrato conmigo? También te proporcionará unos ingresos permanentes.
—Yu Dong, para entonces, lo había entendido todo pero no se apresuró a estar de acuerdo con Song Yixu. En primer lugar, Song Yixu solo era responsable de ofrecerle un escenario para vender su vino y nada más y, en segundo lugar, si Yu Dong abriera una tienda de vinos más adelante en el futuro podría ganar mucho más, pero por otro lado, abrir una tienda sin apoyo no era fácil. Por lo tanto, antes de firmar un contrato, necesita discutir firmemente sus ventajas sin ofender a Song Yixu —Señora Song, hoy no solo he traído vino sino también algo nuevo, ¿por qué no nos sentamos a discutir el asunto de la firma del contrato juntas?