—Yu Dong estaba visiblemente alterada por lo que le pasó a Lang Hui, pero no lo mostraba en su rostro; sin embargo, sus esposos aún podían decir cuán angustiada estaba, inhaló profundamente y parpadeó para alejar las lágrimas de sus ojos. No quería preocuparlos pero parece que igual terminó preocupándolos, qué patético —no pudo salvar al niño y además hizo que sus esposos se preocuparan por ella. Mientras olfateaba, abrazó a los dos mientras trataba de obtener toda la fuerza que pudiera de ellos antes de alejarse y sonreírles, solo cuando se alejó vio que sus esposos lloraban en su lugar.
—Sonrió y secó las lágrimas que caían por sus mejillas mientras soltaba una risotada acuosa. «¿Por qué están llorando ustedes dos? Yo debería ser quien llora». Miró hacia el pequeño Lang Hui, quien aún era tan joven pero estaba paralizado en su cama. «Ni siquiera pude salvar al pequeño, entonces, ¿no debería ser yo quien debería estar llorando?»