—¿Limonsa? ¿Pedir limosna? —Mu Xuan nunca había escuchado tales cosas. No desde que se convirtió en la líder de este pueblo, todos la trataban con respeto... entonces, ¿por qué fue condenada así y Yu Lian subió a la montaña porque confiaba en ella?
—Una cara bastante familiar parpadeó en su mente, esa sonrisa gentil y aún así una aura feroz de general. Ella la miraba con una expresión perpleja, como si no quisiera hacer lo que la otra persona estaba diciendo, pero como no tenía otra opción, tuvo que aceptar con un suspiro frustrado. "Está bien, hermana Mu", dijo aquella mujer "haré como dijiste, pero dejo a mi familia en tus manos... si algo me pasa, por favor cuida de Dong Dong y de la pequeña Mai, ellos son mi orgullo no importa cuán torcidos y tontos sean... Creo que un día mejorarán... Puede que yo no pueda verlo con mis propios ojos, pero por favor cuídalos, te confío mi familia, hermana Mu".
