Yu Dong no levantó el pie y la Momo cuyo pecho estaba siendo presionado sentía como si le estuvieran rompiendo los huesos.
En solo unos segundos la Momo sintió como si su pecho estuviera siendo aplastado por una roca mil veces más grande que su cuerpo.
No podía siquiera levantarse del suelo, mucho menos apartar el pie de Yu Dong de su pecho.
Todo lo que podía hacer era gruñir e intentar levantarse pero con Yu Dong de pie ahí no podía hacer nada en absoluto.
La Momo estaba acostumbrada a intimidar a otros, pero nunca pensó que llegaría un día en el que ella sería la intimidada. La Momo estaba petrificada de miedo y por mucho que se resentía hacia Yu Dong solo podía dejar de luchar y quedarse en silencio.
Tenía miedo de que si continuaba enfrentándose a Yu Dong, esta última simplemente aplastaría sus huesos hasta convertirlos en fino polvo blanco.
La Momo no era la única asustada, Xiang Bei también estaba petrificada de miedo. Miraba a Lu Dong y sentía todo su cuerpo helado.