—Yu Dong nunca quiso volver a casarse con nadie. Era feliz, estaba satisfecha y solo quería una pequeña familia con un niño de cada uno de sus tres esposos, pero la razón principal por la que no quería volver a casarse era
—Chen Mi, deja de chasquear la lengua y de succionar y morder tus labios como si acabaras de comer un limón agrio, ¡es aterrador! Tu expresión —tu expresión es totalmente aterradora.
—Ye Liu, no pongas esa cara —no te quedes inmóvil como una estatua. ¡No lo hagas —simplemente no lo hagas y detén esos ojos giratorios tuyos, puedo ver las imágenes persistentes de tus iris! ¡Eso da miedo!
—Y Shen Li, no agaches la cabeza así. No te he abandonado a ti y a nuestro bebé en las calles, ¿sabes? No necesitas verte como una mujer divorciada, ¿sabes? No vas a criar a nuestro hijo sola, ¿sabes?