—Alguien llegó golpeando la puerta la próxima mañana —Xander nunca dormía toda la noche. Tenía el rostro cansado y los ojos hinchados. Había estado esperando una llamada de vuelta toda la noche. Manny no estaba disponible así que recurrió a alguien más. Temía que algo le hubiese pasado a su nuevo hombre de confianza en el interior.
Catherine aún dormía bajo las sábanas. Sus sentidos estaban agudizados y reactivos a cada movimiento que el extraño hacía. Xander salió por detrás para espiar al intruso. Era sigiloso y silencioso.
«Extraño», pensó. El olor le era muy familiar, como si fuera el suyo. Xander se arrastró hacia el lado de las tablas del porche. Podía ver las botas polvorientas del extraño.
Xander levantó la vista hacia él. Era un joven de piel color avellana con un gorro de lana. Tenía la espalda vuelta hacia Xander.
—Eras tú nomás —Xander se golpeó la cara con la mano. Se sintió aliviado al ver que no era un enemigo el que había venido buscando venganza.