—Liam entró en su habitación con una amplia sonrisa en su rostro.
—Acababa de conocer a la chica más intrigante de todas y aún no había bajado de esa euforia. Se rió al recordar su interacción después de que ella le preguntara si él había sido la causa de su propio intento de suicidio.
—Finalmente no corrigió su error y observó cómo ella lo insultaba en su propia cara toda la noche.
—Ya podía imaginar su cara cuando se diera cuenta de que la persona a la que había estado criticando verbalmente había estado a su lado todo el tiempo. Estaba seguro de que se pondría roja como un tomate y saldría corriendo lo más rápido que pudiera mientras tropezaba con sus pies.
—La imagen mental que su mente conjuró fue suficiente para hacerle doblarse de risa.
—No pude evitar recordar sus últimas interacciones antes de que se separaran. Después de que ella terminó de criticarlo verbalmente, le había preguntado qué había hecho el Príncipe para que él quisiera matarse.