Pasos apresurados resonaban por el pasillo mientras Ella corría en una dirección.
No se detuvo ni pausó mientras caminaba con brío.
Su rostro estaba contorsionado con amenaza y enojo.
Pronto llegó a una puerta al final del pasillo.
Se detuvo en la puerta y respiró continuamente para calmarse. Ordenó su expresión facial hasta que exudó lo que ella pensaba que era su lado más lastimoso y seductor.
Extendió su mano para tocar pero se detuvo cuando la puerta se abrió de golpe. Se sobresaltó pero pronto se compuso.
—¿Cómo esperaba que él no supiera de su llegada, teniendo un lobo que había nacido para liderar y tenía sentidos mejorados?
Los lobos no nacen todos con curación, sentidos mejorados o reflejos rápidos como está escrito en tantos libros de fantasía por humanos.
Tienen que entrenar desde jóvenes para perfeccionar sus habilidades, dones y destreza en combate.