Cuando Alyssa llegó al salón principal, se encontró con su padre allí. Parecía estar esperándola.
—¿Pero qué demonios?
—¡Sígueme! —ordenó el Rey Jacob antes de alejarse de Alyssa y dirigirse hacia su sala del trono.
Alyssa lucía confundida mientras observaba su espalda alejándose.
—¿Qué podría querer ahora?
Se veía tan serio antes que no pudo evitar preocuparse.
Justo había anunciado previamente que ella se iba a casar y ahora no esperaba con ansias lo que él tenía para decir.
Sabía que sería una mala noticia para ella, pero una buena noticia para él.
Aún así, no se quedó quieta por mucho tiempo y procedió a seguirlo.
Cuando estaban en la sala del trono, el Rey Jacob procedió a sentarse en el trono antes de ordenar a los guardias que se fueran y cerraran la puerta detrás de ellos.
Ellos hicieron lo que se les instruyó y pronto las únicas personas en la gran sala del trono eran solamente Alyssa y él.