Ahora que Su Wan descubrió el truco que el hombre estaba usando para hacerla abrir la puerta, inmediatamente se burló con un tono despreocupado —lo siento hermano, creo que el color verde no me queda bien ni a mí ni a mi esposo, es un color tan poco atractivo, ¿verdad? Creo que podría quedarle bastante bien a tu esposa - ve y dáselo a ella.
Aunque Su Wan ardía con una rabia desconocida, no se atrevió a abrir la puerta sin una buena preparación. Estaba sola en la casa y su suegra estaba enferma, ya que la madre Lin acababa de tomar su medicina, no había forma de que su suegra se despertara antes del mediodía —la medicina era fuerte y sus efectos secundarios eran un fuerte sopor de sueño.
Su Wan se dirigió directamente a la cocina y sacó un poco de aceite de chile que había preparado mientras cocinaba aceites esenciales; su corazón dolía pero su frente dolía aún más al tener que escuchar las peleas y los llantos del joven que estaba de pie fuera de la puerta.
