—Lin Jing vio que Su Wan miraba emocionada alrededor del valle como si hubiera encontrado algo realmente increíble —no podía entender del todo por qué exactamente Su Wan estaba tan feliz al ver esas flores que no tenían otro propósito más que verse bien y oler dulce—, pero Lin Jing sabía que su esposa siempre estaba llena de ideas fascinantes —así que lo pensó un poco y luego preguntó con hesitación lo que tenía en mente:
— "Wan Wan, ¿tienes alguna idea de cómo aprovechar estas flores?"
—¡Por supuesto que tengo ideas, millones de ellas!—dijo Su Wan emocionada—, aunque sus ideas fueran inútiles en el mundo moderno, estaba segura de que en cuanto lanzara sus productos en este mundo, ¡podría ganar mucho! Ahora mismo, Su Wan no estaba mirando las flores, en realidad estaba viendo sus plantas de dinero. ¡Ay, con estos pequeñines, seguramente ganaría el premio gordo!
