—No es culpa tuya tampoco —dijo finalmente Lin Yan interviniendo desde atrás de Lin Yu y Su Wan—. Ahora que tenía una buena comprensión de lo sucedido, podía dar sus sugerencias. Lin Yu lo miró con desdén, sí, claro, únete a nosotros ahora que lo peor ha pasado, ¿no?
Lin Yan lo ignoró:
—Tú eres su jefe, eso es cierto, pero no te puedes dividir en tres partes y mantener una vigilancia igual en las tres tiendas, es normal cometer algunos errores. Creo que estás asumiendo demasiada culpa sobre ti, los sirvientes han sido así desde que tu padre estaba a cargo, no puedes cambiar sus condiciones de vida en un abrir y cerrar de ojos.
