—¿Segundo hermano, estás bien? —Cuando Lin Rui terminó de leer su libro, lo dejó a un lado, lo primero que vio fue la cara estúpidamente sonriente de su segundo hermano. Su segundo hermano, que siempre parecía que alguien le debía un total de doscientos taeles, ¿estaba realmente sonriendo y tarareando felizmente, tan temprano por la mañana? ¿Qué ocurrió?
—Su Wan, que estiró su mano para tomar una tortilla, sintió su mano temblar mientras lanzaba furtivamente una mirada de reojo a Lin Yan, sin decir nada incorrecto. Aunque a ella no le importaba lo que la gente pudiera decir sobre ella, aún así no le gustaba cuando la gente discutía sus asuntos privados con otros. ¡Especialmente cuando ese asunto privado involucraba ser besada por su esposo!
