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—¡¿Una casa?! Eso es... ¡Eso es totalmente imposible! —gritó la abuela Lin, su papada temblando con el impacto—. ¿Cómo pueden comprar una casa? ¡Nunca les he permitido ahorrar ni un solo cobre! ¿De dónde sacaron el dinero?
—¡Exactamente! —dijo Zhang Xiaohui, con la boca abierta de la sorpresa—. En toda la familia Lin, ella y su suegra eran las que más claro tenían el salario de los hermanos Lin. Sabían cuánto ganaban como jornaleros diarios, ella fue quien incitó a su suegra a arrebatarles hasta el último cobre a sus sobrinos. En su corazón, sus sobrinos no eran más que una plaga que solo perdía dinero, especialmente el más joven que no podía decir una palabra sin tartamudear. Zhang Xiaohui era primitivamente supersticiosa, creía que Lin Yu era una estrella maldita y traería daño a su familia, por lo tanto, pensaba que estaba perfectamente bien que los hermanos Lin le entregaran todo su salario. ¡Después de todo, estaban arriesgando sus vidas al dejar que esa estrella maldita se quedara en su casa!
—Humph, ¡simplemente son estúpidos! —Lin Ze podría no servir para nada, pero era el único hijo de su madre y eso lo convertía en el señor de la familia—. Así que, a pesar de ser un jugador perdedor de dinero, estaba acostumbrado a imponer su presencia en la casa sin darle importancia ni a su madre ni a su esposa.
—Abuela, creo que los primos hermanos escondieron parte de su dinero afuera —dijo Lin Che tragando el cerdo asado, aunque sus palillos seguían volando mientras empezaba a acumular carne en su cuenco de nuevo—. Con el regreso de su padre, Lin Che temía que habría un par de manos extras luchando por su comida, así que sus palillos no dejaban de moverse—. No solo ahorraron suficiente dinero para comprar una esposa sino que incluso escondieron sus ahorros de ti. Abuela, no están siendo filiales contigo.
—¡Así es! —bufó Lin Ze con indignación, mientras se burlaba de su estúpida madre y esposa—. Mi hijo es el más inteligente aquí, ¿sabes madre? ¡Mis sobrinos realmente compraron la casa de la familia Ling que estaba en venta a un precio altísimo de cincuenta taeles! Si tuviéramos ese dinero, ¿todavía tendría que preocuparme por los estudios de Lin Che y el matrimonio de Lin Yunxi? ¿Y tendría que preocuparme por la deuda que me pesaba en la cabeza? Con esos cincuenta taeles en sus manos, esa deuda de diez taeles habría sido una suma insignificante para él, pero su madre tuvo que actuar estúpidamente y echar a perder ese huevo de oro de su alcance. Lin Ze estaba seguro de que mientras sus sobrinos se quedaran en su casa, él habría arrancado esos cincuenta taeles de ellos de una forma u otra, ¿pero ahora? ¡Ahora ni siquiera tiene forma de saldar su deuda con sus sobrinos y sin ellos no sería capaz de pagar la deuda ni en su próxima vida! Y la persona a la que le debía la deuda era Li Agou, el rufián conocido del pueblo de Dong tong, famoso por sus métodos brutales.
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—Solo de pensarlo le hacía temblar con sudor rodando por su columna. ¡No! ¡Tiene que traer dinero o a sus sobrinos de vuelta!
—Madre, yo no sé nada, es tu culpa, ahora tienes que arreglar esto por mí —dijo Lin Ze. En su cabeza, sus sobrinos eran los únicos que merecían trabajar duro y traer dinero. En cuanto a él, era el señor de la casa, ¿cuándo fue su responsabilidad ganar dinero y realizar trabajo bruto en los campos o en el pueblo?
—¡Esos sinvergüenzas! —justo como Lin Ze anticipó, la vieja mujer Lin rugió furiosamente y se apresuró hacia la mansión Ling.
Lin Ze y Zhang Xiaohui también la siguieron, mientras que Lin Che luchaba entre arrebatar las cosas buenas a sus primos o comer la buena comida frente a él. Finalmente, el deseo de acosar a sus primos superó su deseo de satisfacer su lengua y también se apresuró tras su abuela y padres, con los rollos de grasa balanceándose con su caminar.
—Madre, aquí tienes —pasando el cuenco esmaltado negro recién comprado a su madre, Lin Jing se sentó en el taburete que él y sus hermanos colocaron bajo la sombra de un árbol en su patio—. Wan Wan lo preparó, bébelo mientras está caliente.
—En —tomando el cuenco de su hijo, la madre Lin comenzó a sorber la medicina china amarga. Aunque era vieja y madre de siete hijos, sus gustos eran infantiles, odiaba las cosas amargas y le gustaban los dulces, pero ¡ay de su suerte! Ya no podía evitar más este amargo concocto.
La madre Lin cerró los ojos y bebió la medicina tibia, y de inmediato sus labios se fruncieron de disgusto, mientras su nariz se arrugaba por su mal olor.
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—Es realmente amargo, Ah Jing —se quejó la madre Lin, pero esta vez sus hijos no la dejaron salirse con la suya y la observaron hasta que se rindió y terminó el resto de la medicina en su cuenco.
—Aquí, come esto madre —dijo Lin Rui, pasándole a su madre un dulce caramelo que sus hermanos habían traído para sus esposas; sin embargo, Su Wan sabía que a la madre Lin podría parecerle amarga la medicina y le dio a él un pedazo de caramelo de la cocina.
—Déjaselo a Wan Wan —negando con la cabeza, la madre Lin se negó. ¿Qué broma era esa? Ya estaba tan vieja, ¿iba a ser tan infantil como para tomar los caramelos de su nuera? Aquellos eran los regalos de sus hijos para sus esposas, no podía reclamarlos.
—Madre, cómelo —tomando el caramelo de la mano de Lin Rui, Lin Jing lo llevó frente a la boca de la madre Lin.
La madre Lin vio la expresión obstinada de su hijo y supo que no había forma de que su hijo la escuchara. Al final, tomó el dulce caramelo y lo comió... mhmm, era realmente demasiado dulce, sus hijos eran realmente buenos con sus esposas.
—Madre, ¿está dulce? —preguntó Lin Chen, que estaba sentado frente a ella y vio la expresión de satisfacción en su cara.
—Dulce —asintió la madre Lin. —¿Tú también quieres comerlo?
—No —Lin Chen se negó de inmediato, eso lo habían traído para su esposa sus hermanos mayores, estaba bien si su madre lo comía, pero ¿qué caradura tendría él si también comiera los caramelos de su esposa? Si quería comer algo dulce, mejor sería comer a su esposa, que era tan dulce como el caramelo.
—M- madre... —comenzó Lin Yu, pero tan pronto como habló, su hermano mayor se levantó abruptamente y alejó a su madre de su asiento.
Sorprendidos, los hermanos Lin se levantaron cuando una enorme piedra llegó volando y aterrizó justo donde su madre estaba sentada. La madre Lin, que estaba en shock, soltó su cuenco, que se hizo añicos en el suelo con un fuerte estruendo.
—¡¿Qué están haciendo?! ¡Vieja bruja! —Lin Chen que vio a su madre siendo atacada corrió hacia el agresor dejando atrás a sus hermanos. Cuando Lin Jing y los demás escucharon su alarido de 'vieja bruja', supieron a quién estaba gritándole Lin Chen.
De hecho, ni siquiera les sorprendió que la antigua familia Lin viniera a molestarlos, las noticias de que habían comprado una nueva casa ya deben haberse extendido por toda la aldea. ¡No es de extrañar que la antigua familia Lin viniera a tener una parte de su rico pastel también!
Nota del autor: lo siento por la actualización tardía, actualmente estoy ocupado con los preparativos de mis exámenes. ¡Disculpen el retraso!
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